El dado de ritmos es un dado de cartulina con ritmos en cada cara. Los ritmos están plasmados en escritura analógica, tal como se trabajó hasta el momento. Son una combinación de sonidos largos y cortos.
Se utiliza la canción del juego "El huevo podrido", pero se le cambia la letra: "Jugando al dado de ritmos se lo tiro al distraído, el distraído lo ve y el ritmo tiene que hacer".
La dinámica del juego es la misma que la del huevo podrido. Todos con los ojos cerrados y un participante posee el dado. Mientras los demás cantan, lo deposita en el banco de un compañero, el que cuando termine la canción y abra los ojos, deberá realizar el ritmo que le tocó.
Se pueden usar instrumentos de percusión.
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